Miles de manifestantes bajaron de la ciudad de El Alto a La Paz para
respaldar a Evo Morales y defender el resultado obtenido el pasado 20 de
octubre. Denuncian el intento de golpe de Estado que, afirman, debe frenarse
con la defensa activa en las calles.
La democracia en Bolivia se defiende
en las urnas y en las calles. Esa certeza acompaña a quienes
conforman el
denominado proceso de cambio, que el 20 de octubre pasado obtuvo una nueva victoria presidencial.
Las elecciones ratificaron por cuarta vez consecutiva a Evo Morales a la cabeza
del Gobierno.
Y las calles, el espacio público, han
pasado a ser un espacio central de la disputa, de la demostración de fuerzas.
Esto se ha manifestado con gran dimensión en las principales ciudades del país
donde se enfrentan los dos bloques políticos y sociales:
el que lidera Morales, y el que está conformado por dos dirigentes de la
oposición, Carlos Mesa y Luis Fernando Camacho.
La Paz es una expresión de esa disputa: por un lado, los sectores de
oposición que se han manifestado en los días recientes con bloqueos y
movilizaciones, y por el otro las fuerzas populares que respaldan a Morales y
pelean por mantener en pie el proceso de cambio ante las amenazas de golpe de
Estado que no disminuyen.
Así el miércoles 30 de octubre fue el escenario de la mayor demostración
de fuerzas de los movimientos que defienden el proyecto político en curso. La
movilización, que inició en la ciudad de El Alto, bajó hasta La Paz marcada por
columnas de mineros, movimientos indígenas, coordinadoras barriales, juntas
vecinales, vecinos de la ciudad que se acercaron a mostrar su apoyo.
"Evo no estás solo carajo",
fue la principal consigna que acompañó el recorrido que zigzagueó por
las calles bajo los aplausos de los defensores
del proceso de cambio, así como bajo gritos contrarios por parte de
quienes sostienen que ha existido fraude el 20 de octubre.
¿Por qué apoyan a Evo?
"Soy un ciudadano de Bolivia que viene a apoyar el proceso, un
gobierno de los pobres que ha triunfado en las urnas y eso se tiene que
respetar, la derecha está desesperada de que no cumplió su objetivo", dijo
un hombre que se acercó a la movilización para apoyar "al Gobierno que ha
dado todo por nosotros".
"Es una gran decepción de que no se acepte el
voto del pueblo boliviano, el voto del área rural y el voto del pueblo alteño,
hemos votado y ha ganado el MAS [partido Movimiento al Socialismo] por 56% de
los votos, pedimos que respeten nuestro voto, vamos a hacerlo respetar",
expresó por su parte Sandro Ramírez, expresidente de la Federación de Juntas
Vecinales de la ciudad de El Alto, que agrupa más de mil urbanizaciones donde
viven cerca de un millón de habitantes.
Ramírez se refirió a su vez a la necesidad no solamente de defender el
voto, la victoria, sino un modelo de país en construcción: "somos un país
que da oportunidades, un país productivo, tenemos grandes metas que vamos a
lograr, Bolivia va a ser la referente de industrialización, de la
tecnología".
La movilización se dio mientras se conocía el anuncio de Carlos Mesa,
quien perdió ante Evo Morales por más del 10%, de no
aceptar la auditoría propuesta por el Gobierno y para la cual
vendrá una delegación de la Organización de Estados Americanos (OEA)
"No entendemos al señor Mesa, antes de las elecciones
hablaba de fraude, entramos a las elecciones y dice que hay fraude y que quiere
segunda vuelta, pero ahora ya no quiere segunda vuelta, ni auditoría, lo que
quiere es que se anulen las elecciones", sostuvo Ramírez.
La declaración de Mesa se unió a la postura de Camacho, quien la noche
del lunes 28 de octubre afirmó que no aceptaría auditoría de las elecciones y
amenazó con continuar aumentando la presión contra el Gobierno. La hoja
de ruta
del golpe de Estado se mantiene, al igual que la auditoría que
comienza este jueves 31 de octubre con el acompañamiento de la OEA.
En este contexto se espera que la dinámica de movilizaciones se mantenga
y continúe en ascenso. Tomar las calles y las carreteras para defender derechos
no es algo nuevo para quienes respaldan a Evo Morales: así se gestó el proceso
de cambio en los años 80, 90, hasta el 2005 cuando Morales ganó las elecciones
por primera vez.
Las 5 claves de la nueva política
exterior de Argentina
El nuevo Gobierno de Alberto Fernández en Argentina deberá encarar
varios desafíos en materia de inserción internacional. Una alianza estratégica
con México, la hostilidad de Jair Bolsonaro en el Mercosur y el relanzamiento
del reclamo sobre las Islas Malvinas son algunos de ellos.
El nuevo Gobierno de Alberto
Fernández abrirá un nuevo escenario en materia de relaciones internacionales para
Argentina, cuya política exterior se había concentrado, durante la
era de Mauricio Macri, en mejorar los vínculos con Estados Unidos y el Fondo
Monetario Internacional (FMI) y rechazar el Gobierno de Nicolás Maduro en
Venezuela.
En diálogo con Sputnik, el diputado peronista Daniel Filmus, integrante
del equipo de asesores del presidente electo de Argentina, repasó algunos de
los puntos centrales que tendrá la política exterior a partir de diciembre de
2019.
México, socio en un nuevo eje
progresista latinoamericano
Apenas unas horas después de que Fernández fuera electo presidente, los
medios argentinos informaron sobre la posibilidad de que la primera salida al
exterior del presidente electo sea a México con el objetivo de mantener un
encuentro con el mandatario Andrés Manuel López Obrador.
El perfil progresista de López Obrador, consideró Filmus, abre "la
posibilidad de contar con un Gobierno de México que mire más a América Latina,
cosa que hace mucho que no ocurría".
En ese sentido, apuntó que "teníamos una región donde México, a
partir del Tratado de Libre Comercio con EEUU y Canadá, había dejado de mirar a
la región y realmente se nos hacía muy difícil recuperar esa histórica relación
que tuvo Argentina con el Gobierno y el pueblo mexicano".
Filmus destacó que los liderazgos de Fernández y López Obrador
"miran bastante parecido el escenario internacional" y se destacan
por una concepción "multipolar, que no depende solo de EEUU y de los
gobiernos del norte".
"Nos genera una situación ideal para recuperar a México, traerlo
más hacia América Latina, con una potencialidad importante por tener economías
complementarias entre Argentina y México", sostuvo.
En ese contexto, Filmus aseguró que la reunión entre Fernández y López
Obrador será "el inicio de una nueva etapa en la relación entre los dos
países".
Bolsonaro: una piedra en el zapato para el Mercosur
El rechazo del presidente brasileño, Jair Bolsonaro, a la elección de
Fernández como nuevo presidente argentino fue una de las primeras reacciones
internacionales a la victoria del Frente de Todos en Argentina.
Su apoyo a Mauricio Macri, su convicción de que los argentinos habían
"escogido mal" a Fernández y sus dudas con respecto a la viabilidad
del Mercosur serán desafíos que el nuevo Gobierno argentino encuentre en
materia de integración regional en el Cono Sur.
"La verdad es que nos parecen desafortunadas
las declaraciones de Bolsonaro pero aspiramos a que las relaciones entre los
dos países transiten los carriles de normalidad y complementariedad desde el
punto de vista económico", enfatizó Filmus.
El asesor de Fernández garantizó la voluntad del nuevo Gobierno
argentino de que "el Mercosur continúe", dado que "es el destino
de buena parte de las exportaciones industriales de Brasil y Argentina y no
queremos ser solo exportadores de productos primarios a los países del norte o
China".
En la misma línea, recordó que el bloque regional, inaugurado en 1991,
"siempre ha sido una política de Estado que todos los gobiernos, fueran
del signo que fueran, han revalorizado".
"Esperamos que estas posiciones de Bolsonaro no perjudiquen la
relación comercial ni el vínculo político y social entre los pueblos, que es
muy estrecho", complementó.
¿Argentina abandonará el Grupo de Lima?
Desde su creación, en 2017, Argentina fue uno de los miembros más
activos del Grupo de Lima, un foro de 15 países conformado con el objetivo de
combatir al Gobierno de Nicolás Maduro en Venezuela. De hecho, desconocer las
elecciones de 2018 y considerar a Juan Guaidó como presidente del país fue uno
de los pilares de la política exterior de Mauricio Macri en los últimos
tiempos.
La llegada de Fernández marcará un cambio de postura ante un Grupo de
Lima que, según Filmus, "se debilitó” y ya no es esa instancia diplomática
con "posiciones complejas que hacían peligrar la soberanía de la región y
permitían algo que tradicionalmente fue rechazado en América Latina: la
intervención militar en países latinoamericanos".
El diputado peronista aclaró que la postura que se adopte en la materia
deberá ser resuelta por el próximo canciller y aseguró que la
posibilidad de abandonar el grupo no estuvo entre los temas discutidos por el equipo
de asesores de Fernández durante la campaña.
En contrapartida, el nuevo Gobierno argentino sí piensa en que la
postura en relación a Venezuela sea similar a la que en los últimos meses
impulsaron los Gobiernos de México y Uruguay, volcados hacia una salida
pacífica y de diálogo entre las partes.
La cuestión Malvinas
El reclamo
de Argentina por su soberanía sobre las Islas Malvinas será uno
de los puntos más relevantes de la política exterior de Alberto Fernández,
ratificó Filmus. Será una nueva postura con respecto a la gestión de Macri, que
en palabras del diputado, "ha bajado la intensidad del reclamo" a
Reino Unido.
El asesor de Fernández aseguró que una de las medidas del nuevo Gobierno
será revisar el acuerdo
denominado Foradori-Duncan firmado en 2016 entre Argentina y el
Reino Unido, a través del que "Argentino hizo un esfuerzo enorme para
favorecer la expropiación del Reino Unido sobre nuestros bienes materiales en
el Atlántico Sur".
"Seguramente nuestro Gobierno va a tomar en
cuenta ese acuerdo para darle tratamiento en el Congreso, como tendría que
haber sido, y plantear que es ofensivo a los intereses nuestros, no solo sobre
nuestros territorios, sino también sobre los recursos que existen ahí",
explicó.
Rusia, otro aliado estratégico para Fernández
La nueva política exterior que tendrá Argentina a partir del 10 de
diciembre, día en que se concretará el cambio de mando, también puede traer un
mayor acercamiento entre el país suramericano y Rusia, favorecido por la buena
sintonía entre el presidente ruso, Vladímir Putin, y la expresidenta
(2007-2015) y vicepresidenta electa, Cristina Fernández de Kirchner.
"Estamos seguros de que con Rusia vamos a
tener muy buena relación. Buscamos una buena relación con todos los países pero
es particularmente estratégico tener un estrecho vínculo con Rusia y
China", señaló.
Filmus destacó además el apoyo que Argentina ha recibido por parte de
Rusia en su reclamo por la soberanía de las Islas Malvinas.
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