La alteración o interrupción
de la estructura o función de una parte del cuerpo con síntomas y signos
característicos y cuya etiología, y pronóstico pueden ser
conocidos o no, dan
la conclusión de un diagnóstico de fibromialgia que condicionan necesariamente
la vida de las mujeres durante al menos dos décadas. La combinación de
múltiples factores genéticos, epigenéticos que condicionan las alteraciones del
dolor, el estrés y todos los síntomas que presenta conlleva un deterioro de la
persona a nivel emocional por su falta de credibilidad cuando se presenta de un
día para otro.
La fibromialgia presenta un
cuadro doloroso sin una etiología orgánica conocida que se caracteriza por un
dolor musculoesquelético generalizado, aumento de la sensibilidad al dolor,
rigidez, fatiga, cansancio crónico, sueño alterado, colon irritable, depresión,
y cefaleas tensionales entre otros. Esta enfermedad que es padecida en un 75 %
por las mujeres y tan solo un 25 % de hombres, supone entre el 2 y el 3 % de la
población, lo que sugiere que en España existe al menos un millón doscientas
mil personas que la padecen.
Desde medicina interna pasando por
psiquiatría, la paciente suele sentir que no es comprendida por la comunidad
médica que le hace hacer distintas pruebas y todas o casi todas, no presentan
clínica. Esto supone que como los síntomas son comunes a muchas patologías
definidas no se llegue a un diagnóstico definitivo y se acuda a digestivo,
corazón, pulmón, etcétera. Algunos médicos que no son reumatólogos no
consideran la enfermedad como una entidad a ser tratada dado que todos los
resultados son normales.
La ansiedad y la incertidumbre aparte
de la indefensión por parte de la persona que lo padece y no es creída, lleva a
muchas pacientes a darse de baja y a tirar la toalla por un cuadro depresivo.
Los cambios del estilo de vida, la falta de motivación para seguir, la falta de
fuerza sumado al dolor crónico hace que sobreponerse a este cuadro sea muy
complicado. Este reumatismo de las partes blandas del cuerpo que fue referido
siglos atrás por dolor y rigidez en la musculatura siempre se asoció a estados
de melancolía o tristeza.
En este sentido, hay que apuntar a
varios agentes desencadenantes que pueden causar la enfermedad y por tanto
esos dolores
agudos. No poder o no saber manejar
situaciones complicadas así como estar viviendo una situación traumática como
una separación, la pérdida de un ser querido, estar en paro etc, puede
desencadenar parte de la enfermedad si bien, existen casos que han debutado
tras conocer que el paciente tiene artritis reumatoide, lupus eritematoso o
espondilitis anquilosante.
Una vez probada la enfermedad se han
considerado de igual forma las alteraciones neurobiológicas que sufren las
pacientes así como alteraciones bioquímicas cerebrales que se han constatado en
pruebas. Con las palabras, “me duele todo” las pacientes
acusan molestias, desazón, quemazón, rigidez, dolor generalizado,
hormigueo, cansancio constante, jaquecas, menstruación irregular, colon
irritable, dolor torácico, rigidez matutina, alteraciones cognitivas, memoria
afectada, punzadas, calambres, vejiga irritable, entre otros síntomas.
La expresión de la enfermedad por
parte de las pacientes varía según la edad y las circunstancias personales ya
que no solo influye lo que está sucediendo sino cómo lo está apreciando y la incomprensión
o no, que siente a su alrededor. Estos dolores que muchas veces se
traducen en datos falsamente interpretados que sugieren depresión, histeria o
hipocondría, no siempre son entendidos por el entorno y el dolor mantenido a lo
largo de los meses puede desencadenar cuadros psíquicos de complejo abordaje
que conduce inexorablemente a la incapacidad laboral absoluta si no se
reconduce correctamente, se maneja el dolor y se consigue un equilibrio
emocional que ayude a sobrellevarlo.
Si usted es mujer y siente muchos
dolores a la vez, dolores inespecíficos, un cansancio crónico y tiene entre 35
y 65 años, acuda a un reumatólogo para que valore todo en conjunto y descarte
si padece fibromialgia o alguna enfermedad reumatológica. Saber qué está
pasando es lo más importante en esta patología que tarda en ser diagnosticada
cerca de tres largos años. La enfermedad de la incomprensión, sin duda, la que
muchas mujeres padecen y a las que nadie cree. Será una enfermedad
crónica pero tendrá que aprender a
vivir con ella con los tratamientos esperanzadores que están siendo actualmente
probados.
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