Actualmente el mayor problema
de salud mundial aparte del cáncer, son las enfermedades relacionadas con el
corazón. La falta de prevención, la falta de
actividad física, la mala
alimetación, el tabaco, el alcohol, además del estilo de vida, comprometen a
las personas en las edades de riesgo de 35 a 65 años. Al aumentar la aterosclerosis (acumulación
de placas en las arterias del cuerpo), así como otras enfermedades vinculadas
al riego sanguíneo, se procuran diversas patologías máxime si estas se ven
afectadas cuando no existe una buena calidad de sueño.
Las patologías
cardiovasculares se incrementan cuando aumentan los factores de riesgo como son
los niveles de glucosa, la presión arterial, la inflamación, el estrés y la
obesidad. Por otro lado, en el estudio, se refleja cómo la alteración del sueño
a lo largo de los días, incluye también en las placas de colesterol de las
personas que no duermen bien. De igual forma, se han visibilizado lesiones
vasculares subclínicas en una muestra de dos tercios de varones de 45 años de
media que no tenían diagnosticada enfermedad cardiovascular alguna.
La investigación ha
descubierto que después de considerar los factores de riesgo tradicionales para
la enfermedad cardíaca, los participantes que dormían menos de seis horas tenían
una probabilidad de un 27% mayor de tener aterosclerosis en todo el organismo,
en comparación con los que lo hacían de siete a ocho horas. Además,
aquellos que tenían una mala calidad de sueño tenían una probabilidad de un 34%
mayor de tener aterosclerosis, en comparación con aquellos que tenían una buena
calidad de sueño.
En todo caso, los
investigadores pudieron comprobar que la calidad de sueño definida por la
frecuencia con la que una persona se despierta durante la noche así como la
intensidad de sus movimientos, reflejan las diferentes fases por las que
atraviesa a lo largo de las horas. Por otro lado, en mujeres, que duermen
mucho, el exceso de horas, más de ocho, aumentaba de igual forma el riesgo de
aterosclerosis si la paciente tiene colesterol. Esto supone que se debe dormir
y descansar un máximo de ocho horas seguidas sin interrupciones siempre y
cuando se tenga una buena alimentación y una calidad de vida asociada a ello.
De no ser así, el riesgo grave de desarrollar enfermedades asociadas al corazón
es muy alto.
Padecer insomnio, levantarse
por la noche, no tener calidad de sueño es un riesgo importante para la salud
cardiovascular.
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