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jueves, 18 de enero de 2018

Catalunya: Victoria independentista en Parlamento y pueblo pide “ni un paso atrás”

         Por Carlos Aznárez, Resumen Latinoamericano en Barcelona, 17 enero 2018
No fue un día más en Barcelona, ni en toda Catalunya. En la sede del Parlamento se elegía la nueva mesa que llevará adelante la tarea de proceder a investir a fin de este mes al nuevo presidente del Gobierno catalán. Sin embargo, previo a lo más importante de la jornada ya existía el convencimiento en los grupos independentistas que con el voto unificado de todos ellos se podría propinar un nuevo bofetazo político al gobierno derechista español presidido por Mariano Rajoy.

Con los alrededores del Parlamento cerrados a cal y canto por la policía autónoma para que “no haya presión en la calle”, y las rejas que lo rodeaban convertidas en una colorida exhibisión de miles de lazos amarillos (utilizados como símbolo para exigir la libertad de los cuatro dirigentes catalanes prisioneros en cárceles españolas) varios miles de manifestantes independentistas se conformaron con agitar sus banderas estelladas y gritar sus consignas a 300 metros del mismo, en el Paseo Lluis Companys. Lo hicieron frente a una gran pantalla que daba cuenta de lo que iba ocurriendo en el recinto. Los gritos de “ni un paso atrás” dirigidos a los diputados seguramente no se escucharían en el Parlament, pero de todos modos marcaban el estado de ánimo de una franja numerosa del pueblo catalán que no quiere que le arrebaten en las instituciones lo que supo ganarse en la calle.
Cada voto de los diputados republicanos era ovacionado así como crecía el abucheo cuando se nombraba a los españolistas de “Ciudadanos”, un partido que se parece mucho a “Cambiemos” de Argentina, a la MUD venezolana o a cualquier otra variante fascistoide latinoamericana. Finalmente, una ovación y el agite de cientos de banderas independentistas anunciaron que Roger Torrent, joven dirigente de Esquerra Republicana de Catalunya será el nuevo presidente del Parlamento, acompañado de una mayoría de diputados del arco soberanista. Esto significa una nueva advertencia al gobierno del PP y a sus aliados del PSOE, sobre algo que ellos ya saben pero no quieren aceptar:  Catalunya quiere romper definitivamente las cadenas que la atan a un imperio tan cruel como autoritario.
Finalmente, la multitud se abrió paso por calles laterales, cantando las estrofas de Els Segadors (Himno catalán) y exigiendo la libertad de los presos políticos. Así llegaron hasta las inmediaciones de la sede del Parlamento. Una vez allí montaron guardia para ver y saludar a los diputados y diputadas que cumplieron la palabra empeñada conservando la mayoría independentista y de esta manera aseguraron el terreno para el plato fuerte que será, dentro de muy pocos días (casi seguro el 31) la elección e investidura del nuevo presidente de la Generalitat. Un cargo que tiene como principal aspirante a Carles Puigdemont, hoy exiliado en Bruselas, después de ser desplazado de su cargo por el represor artículo 155 impuesto por Rajoy y su banda mafiosa.
Ahora habrá que esperar lo que sobrevendrá el día D, mientras tanto desde Madrid siguen amenazando con desconocer lo andado, advirtiendo que Puigdemont no podrá repetir. Desde la CUP (Candidatura de Unidad Popular), los máximos exponentes de la izquierda revolucionaria que abonan la unidad independentista, se exige que más allá de nombres propios lo que hay que plantear es con qué programa se va a seguir avanzando en la construcción de la República Catalana. Una exigencia impostergable y lúcida para que, entre las presiones del enemigo principal (el fascismo español) y la tendencia a edulcorar el proceso por parte e algunos sectores reformistas, no se provoque una involución en tan importante escenario. El reaseguro para que esto no suceda sigue siendo según los jóvenes de la CUP, como en todas partes, la calle, donde el pueblo catalán sigue exigiendo autodeterminarse y custodia lo ya conquistado.

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