Este podría ser el comienzo de una de
tantas historias que no terminan necesariamente bien. Siempre se habla de las
mujeres y cierto es que son muy numerosos los casos de acoso, vejación y
atentados contra ellas, pero esto no excluye a los varones que se sienten
atemorizados por la que fuera la novia que les llevó al altar con la peor de
las intenciones.
La decisión no siempre fácil de
romper un vínculo a veces se precipita por la conducta de uno de los dos
cónyuges. Este impacto dentro del seno de la familia supone para ambos una
pérdida de la seguridad que supone tener un lugar propio y se pierde la
sensación de refugio, amor y contención que desemboca en sensaciones abruptas
de confusión, angustia, ansiedad, inseguridad y depresión. Esto desencadena el
resto de las conductas contra el varón, contra los mismos hijos con finales tan
drásticos como el suicidio.
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