Durante las jornadas internacionales
Tod@s Somos Venezuela, que se han desarrollado en Caracas recientemente, hemos
hablado con Martín Guerra, Primer Secretario de Izquierda Socialista del Perú.
Cuáles son las políticas y los
objetivos de su organización?
Nuestra organización nace en
continuidad ideal pero también por una ruptura con una cierta izquierda
latinoamericana que ha abandonado o traicionado a la prospectiva
revolucionaria, y hoy se presenta dividida, fragmentada y desorientada.
Por esto, hemos decidido fundar una organización, de jóvenes y menos
jóvenes, muchos de los que han luchado contra la dictadura de Alberto Fujimori.
Izquierda socialista pretende superar dogmatismos y sectarismos, pero también
recoger y reivindicar las enseñanzas de Mariátegui, de la Revolución Soviética,
de aquella China, Cubana, Yugoslava, Albanés. Sin olvidar la contribución
innovativa y fundamental de la Revolución Bolivariana, hoy desde Venezuela. Nuestro
objetivo es el de construír una alternativa radical al capitalismo una
prospectiva revolucionaria basada sobre la alianza de obreros, campesinos y de
todos aquellos sectores sociales golpeados por las políticas neoliberales para
construír una sociedad socialista.
El Perú ha liberado al dictador
Fujimori, pero tiene en la cárcel a los prisioneros políticos de las pasadas
guerrillas y al contrario, renueva mandatos de captura a militantes muy
ancianos, que están en la cárcel desde hace diversas décadas. Cuál es su
posición en mérito?
Poniéndose de acuerdo con los
fujimoristas, el presidente Pedro Pablo Kuczynski ha evitado la cárcel y ha
consentido que salga de la prisión un genocida como Fujimori. Un
comportamiento muy diverso ha tenido y tiene la clase dirigente contra los
prisioneros políticos, a quienes no viene ni siquiera atenuada la cárcel dura,
aunque si son ancianos y enfermos. La misma doble cara del capitalismo.
La posición de nuestra organización es clara: cualquiera que sean las diferencias
que puedan estar con los prisioneros políticos, debemos cuidar la condición de
cualquier compañera y compañero. Debemos tener en claro cuál es nuestro
enemigo: el capitalismo y los gobiernos que sirven a sus intereses. En Perú
tenemos un gobierno entre los más sumisos de América Latina, que regala los
recursos del país y la independencia. Un gobierno impresentable y corrupto,
como demuestra el perfil de Kuczynski. Pero también los de otros
expresidentes no se quedan atrás. Hemos tenido diversos, culpables de robos y
genocidios. Uno de ellos, Francisco Morales Bermudez, en el 2017, ha sido
condenado a cadena perpetua en el proceso Plan Condor que se ha desarrollado en
Roma: en este caso por el homicidio de ciudadanos italo-latinoamericanos
cumplidos por la red criminal guiada por la CIA que ha actuado por encargo de
los dictadores del Cono Sur en los años 1970 y 80. Los medios no hablan,
pero Bermudez esta libre, no esta pagando por sus delitos. Cierto es muy
anciano, pero los crímenes de lesa humanidad no prescriben. También Alan García
esta libre, Toledo esta prófugo. Todos han robado los recursos del país y han
impuesto políticas neoliberales y criminales. Frente a una evidente crísis de
legitimidad de esta clase política, es el momento de que la izquierda revolucionaria
los enfrente con decisión: sin hacerse paralizar por la búsqueda de una unidad
artificial de todos los componentes, sino construyendo una alternativa válida
de poder que enfrente también a la guerra mediática en curso contra Venezuela
bolivariana.
Del 13 al 14, en Lima hay la Cumbre de
las Américas. El gobierno peruano abre las puertas a Trump y a sus tropas
militares, pero impide la participación de Nicolás Maduro. Qué piensa
hacer su organización?
Mientras tanto, es necesario combatir
las posiciones de ciertos componentes que se dicen de izquierda, o también
anárquistas y que repiten la cantaleta que “Maduro no es Chávez”, como si los
intereses humanos no fueran diversos uno del otro. Chávez ha sido sin
duda un líder carismático, pero ha actuado dentro de un proceso, de un grupo
dirigente, como esta haciendo ahora Maduro, ciertamente no se ha movido solo.
Además, a Maduro le ha tocado afrontar ataques de todo tipo que se han
multiplicado, y hasta ahora ha salido muy bien, en sinergía con el grupo
dirigente y con la creatividad de su pueblo. Con gran escarnio de sus
detractores, Maduro ha demostrado ser un estratega, oponiendo respuestas
eficaces a todo tipo de ataque económico y político de las clases dominantes y
de los grandes poderes internacionales: Desde la Asamblea Nacional
Constituyente, a los CLAP, los Comités de Abastecimiento y autoproducción.
Lamentablemente, también en Perú esta presente una izquierda de los “derechos
humanos” modelo USA, que recibe mucho dinero para influenciar sindicatos y
organizaciones. Así muchos, en buena o mala fe, terminan por ser
funcionales a las posiciones del gobierno y también de ciertas mafias
interesadas a que las cosas en América latina vayan en sentido contrario a
aquel de la integración solidaria sur-sur. En cambio es necesario reaccionar
porque, hoy, defender Venezuela no obstante las fuertes diferencias que también
puedan existir, significa defender el puesto de avanzada más desarrollado
justamente en términos de derechos humanos.
Maduro y su pueblo estan mandando un
mensaje importante no sólo a los pueblos de América Latina, sino a aquellos de
Africa, Asia y Europa libertaria: a todos los desheredados del planeta. A
más de la Cumbre oficial, en Lima, se desarrollarán también Cumbres alternativas,
la de los Pueblos, aquella indígena, es necesario unir las fuerzas para
organizar una gran marcha de apoyo a Venezuela.
También los Venezolanos en el exterior
se movilizarán para sostener a Trump contra Maduro. Qué podría suceder?
En Perú hay cerca de 300.000
venezolanos. En la gran mayoría se trata de una inmigración política:
personas a quienes el gobierno peruano ha pagado el viaje y hospedaje o a
quien se ha ofrecido bonos y asistencia, hasta para llevar ilegalmente al país
niños venezolanos robados a las familias con la complicidad de las Ongs
estadounidenses. Pero lo que no se ha dicho es que el gobeirno de
Kucynski ha hecho posible el voto de estos venezolanos en las próximas
elecciones municipales y regionales de octubre a tiempo de record. Un camino
preferencial hecho a propósito para llevar votos a la derecha, considerando que
de 300.000 el número de estos “migrantes especiales” podría aumentar a 600.000.
Es este tipo de oposición que marchará contra Maduro en los días de la
Cumbre. En la mayor parte se trata de mercenarios bien financiados para tratar
de exportar las “guarimbas” a Lima, ya vistas en muchas ocaciones en Venezuela.
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