Su periplo que finaliza el
7 de febrero, lo llevará a recorrer México, Argentina, Perú, Colombia y
Jamaica. Los primeros cuatro países que visitará forman parte del Grupo de
Lima, organismo que el pasado 23 de enero, cuestionó las elecciones
presidenciales convocadas por la Asamblea Nacional Constituyente (ANC) para el
primer cuatrimestre del año.
Tillerson, quien no ocupó
nunca un cargo en el gobierno, en ninguna administración pública, desde hace un
año es el jefe de la diplomacia de Estados Unidos. El Presidente Donald Trump,
en diciembre de 2016 lo definió como: “uno de los más hábiles líderes
empresariales” y aseguró que: “la carrera de Rex Tillerson es la encarnación del
sueño americano”.
Ingeniero civil de
profesión, egresado de la Universidad de Texas en Austin, Rex Wayne Tillerson,
trabajó durante 40 años en la petrolera estadounidense ExxonMobil, donde ocupó
desde (2006-2016) el cargo de presidente y director ejecutivo. Esta empresa
formó parte de las compañías transnacionales que extraía petróleo en Venezuela,
durante la época de la Apertura Petrolera, aplicada en gobiernos de la IV
República y considerada desventajosa para el país.
En 2007, cuando el
Comandante Hugo Chávez nacionalizó la Faja Petrolífera del Orinoco y estableció
la conformación de las empresas mixtas, que garantizaba a Venezuela una mayoría
accionaria de por lo menos 60%, Exxon Mobil se negó a aceptar la decisión
soberana de Venezuela y se fue del país, no sin antes denunciar el caso ante un
tribunal de arbitraje internacional.
La empresa en la cual
Tillerson era para ese momento presidente, sufrió una derrota por parte del
Gobierno venezolano cuando en octubre de 2014, el Centro Internacional de Arreglo
de Diferencias Relativas a Inversiones (Ciadi), fijó en 1.600 millones de
dólares la compensación que Venezuela pagaría a Exxon Mobil, por la
nacionalización en 2007 de dos de sus proyectos en el país, muy por debajo de
los casi 20.000 millones de dólares a los que aspiraba la transnacional.
Desde que asumió el cargo
de secretario de Estado de EEUU, Tillerson ha mantenido una política
injerencista contra Venezuela. En agosto del año pasado, amenazó con
intensificar las medidas de “cambio de condiciones” en Venezuela, para sacar al
Gobierno de Maduro, electo democráticamente.
El empresario
estadounidense también es un adversario de la normalización de las relaciones
entre Estados Unidos y Cuba, en enero del año pasado manifestó que apoya el
bloqueo que mantiene el imperio estadounidense a la Mayor de las Antillas, y
aseguró que trabajaría “con gusto” con los senadores Bob Menéndez y Marco
Rubio, “para asegurarnos de que no estamos relajando la presión a Cuba”,
reseñaron en esa oportunidad medios internacionales.
El viaje de Tillerson por
suramérica bajo el argumento de promover “un hemisferio seguro, próspero,
democrático y con seguridad energética”, se da una semana después que el
director de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), Mike Pompeo, revelara que
“la segunda o tercera batería de sanciones (contra Venezuela) obedecía a
nuestras recomendaciones” hechas al presidente Donald Trump.
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