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domingo, 11 de febrero de 2018

Perú: LA CUMBRE DE LOS PUEBLOS FRENTE A LA CUMBRE IMPERIALISTA

          El Perú y la VIII Cumbre de las Américas
En medio de la crisis política generada por el destape de la corrupción en las más altas instancias gubernamentales y el otorgamiento del indulto al dictador genocida Alberto Fujimori, entregado para evitar la vacancia por inmoral del presidente Pedro Pablo Kuczynski, el Perú será sede de la VIII Cumbre de las Américas durante los días 13 y 14 de abril de 2018.
El tema principal de la cumbre -propuesto el 20 de junio del año pasado-, es: “Gobernabilidad democrática frente a la corrupción”, siendo sus tres ejes temáticos, la gobernabilidad democrática y la corrupción, la corrupción y el desarrollo sostenible y los aspectos de cooperación, institucionalidad internacional y alianzas público-privadas; ejes que se traducen en ¿cómo hacer para mantener a los corruptos en el poder, cómo hacer para seguir con el mismo modelo primario exportador extractivista y contaminante y cómo hacer para entregarle los mayores réditos de estas actividades al capital privado, principalmente transnacional? Esas son las interrogantes de los gobiernos lacayos de los Estados Unidos, del capitalismo y su modelo neoliberal.

Lo paradójico es que, a menos de ocho meses de haberse propuesto este tema, nos encontramos con un Perú cuyo presidente de la República Pedro Pablo Kuczynski se encuentra en el centro de los casos de corrupción de la empresa Odebrecht, así como varios expresidentes entre los que se encuentran Ollanta Humala, hoy preso; Alejandro Toledo, fugado; y el hasta ahora impune Alan García. Es decir que la VIII Cumbre de las Américas se dará en un marco de gobernabilidad al menos fisurada para la derecha, con un trasfondo de impunidad clamorosa de la corrupción y los crímenes de lesa humanidad.
Además en el país las protestas sociales arrecian, no solo contra la corrupción de los principales representantes del gobierno y ex gobiernos o por el indulto a Fujimori, sino también por mejoras de las condiciones laborales, salariales, de aumento de presupuesto para diversos sectores o para el desarrollo del mercado interno, como son las protestas por actividades contaminantes de las mineras transnacionales, por el pago de utilidades justas para los trabajadores mineros, contra la importación de productos agrícolas que produce nuestro campesinado, por el aumento del presupuesto del sector educación, etc. Es decir que los presidentes del continente se reunirán en Lima en un Perú convulsionado, no en un país calmo y en crecimiento económico como pretenden hacer creer a través de la prensa concentrada a los pueblos del mundo.
La Cumbre y los gobiernos populares del continente
La actitud más descarada de la derecha peruana en estos momentos es intentar pontificar de honestidad, estabilidad y carácter democrático del régimen de Kuczynski, no solo sumándose a los otros gobiernos que -en consonancia con Washington- se aglutinan contra el pueblo y el gobierno de la hermana República Bolivariana de Venezuela y su presidente Nicolás Maduro Moros, sino hasta coordinar desde el Perú la avanzada imperialista contra Venezuela. Recordemos la petición de Kuczynski a la OEA para activar la Carta Democrática contra Venezuela para suspenderla (27 de octubre de 2016), o la Declaración de Lima firmada por dieciséis diplomáticos entre cancilleres y representantes, que entre otras cosas manifestaban su “preocupación por la crisis humanitaria, condena a la violación de derechos humanos, apoyo a la suspensión de Venezuela del MERCOSUR y la propuesta de detener la transferencia de armas hacia Venezuela” (8 de agosto de 2017), como solo dos muestras de la clara actitud injerencista del gobierno títere de Kuczynski sobre Venezuela.
Todo esto en medio de un proceso de reorganización de la derecha en el resto del continente, pues desde que profundos procesos de cambio se abrieron paso principalmente en Venezuela, Bolivia y Ecuador, con Cuba a la vanguardia, se dieron también intentos -al principio fallidos y luego triunfantes-, de retorno al gobierno por las oligarquías, las intentonas de golpes de Estado, bajo las figuras diversas de golpes cívico militares (Venezuela, 2002), golpe cívico prefectural (Bolivia, 2008), golpe congresal (Honduras, 2008), levantamiento policial (Ecuador, 2010), golpe parlamentario (Paraguay, 2012), golpe senatorial (Brasil, 2015) o el abandono de programas de gobierno agitados en campaña, como es el caso de Perú (2011) y Ecuador (2017); así como la derrota en Argentina luego de ocho años de gobiernos progresistas (2015), demostrando que la derecha continental no está dormida y que la actualidad nos exige definiciones.
El gobierno peruano pretende por lo menos vetar la presencia legítima del presidente de Venezuela Nicolás Maduro Moros en la cumbre y en el Perú, por ello la gira por México, Argentina, Perú, Colombia y Jamaica del pro cónsul del imperialismo Rex Tillerson, en donde uno de los temas principales es la crítica constante al gobierno bolivariano y el lanzamiento de amenazas de sanciones económicas y embargo petrolero al país de Bolívar y Chávez.
Venezuela bolivariana que, en medio de todo este proceso ha soportado todos los ataques imaginables por parte del imperialismo, la derecha local y los gobiernos pro imperialistas y ha salido bien librada por la unidad entre su pueblo, su ejército y su gobierno, continuará recibiendo la solidaridad militante de los pueblos conscientes del continente y del mundo, como es el caso del Perú, porque en este momento, defender a Venezuela, a su pueblo y al presidente Maduro es defender la libertad, la dignidad y la soberanía de los pueblos de todo el continente.
La Cumbre de los Pueblos
Por ello, organizaciones sociales y políticas nos hemos constituido en coordinadora y nos sumamos al clamor de diversos sectores que creen, sienten y saben que esa VII Cumbre no los representa, que es un cónclave de las oligarquías, un aquelarre de los más rancios poderes corruptos y perversos de la política imperialista, el cenáculo de aquellos que -como dijimos al principio-, buscan mantener a los corruptos en el poder, profundizar el modelo primario exportador extractivista y contaminante y entregarle los mayores réditos de estas actividades al capital privado, principalmente transnacional. En ese sentido la Coordinadora de la Cumbre de los Pueblos manifiesta resueltamente su carácter antiimperialista, de solidaridad con los pueblos latinoamericanos y del mundo, y en especial con los gobiernos de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América-ALBA y de la República Bolivariana de Venezuela.
Los abajo firmantes impulsamos, nos sumamos y hacemos un llamado al pueblo y a sus organizaciones a participar en las actividades en pro de la Cumbre de los Pueblos, espacio que será la alternativa a la de las oligarquías y hacemos votos por contribuir a la generación de espacios unitarios en pro de esta gran causa de los pueblos, sin sujeciones interesadas, sin oportunismos de ningún tipo, solo guiados por aquello que dijera el gran amauta José Carlos Mariátegui: “La existencia de tendencias y grupos definidos y precisos no es un mal; es por el contrario la señal de un periodo avanzado del proceso revolucionario. Lo que importa es que esos grupos y esas tendencias sepan entenderse ante la realidad concreta del día” (1924). Así, con ese mandato unitario y esa actitud resuelta, la Cumbre de los Pueblos hace frente a la cumbre del imperialismo. ¡Abajo la cumbre de las oligarquías! ¡Abajo los gobiernos lacayos del imperio! ¡Abajo el imperialismo! ¡Viva la unidad de los pueblos del continente!
¡Vivan Cuba Socialista y Venezuela Bolivariana! ¡VIVA LA CUMBRE DE LOS PUEBLOS!
Lima, 06 de febrero de 2018
Comisión de organización Coordinadora de la Cumbre de los Pueblos

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