Como todas las rutinas de producción, es común a
los medios convencionales de todo el mundo. Ahora bien, esa previsibilidad es
ahora menor, no en el número de noticias que se rigen por esta ley, sino en el
tiempo que se ha de prever para que esas noticias puedan planificarse por los
medios, y esto se debe a los avances tecnológicos. Pero claro, esas facilidades
tecnológicas ni pueden eludir la necesaria planificación de los recursos
humanos ni el mayor tiempo que se ha de dedicar a elaborar ciertas
informaciones, por su dificultad discursiva o porque se enmarcan en géneros
periodísticos más complejos.
El día de…
El periodismo sobre salud, como es lógico, no
escapa de la previsibilidad, con las ventajas y los inconvenientes que esta
comporta. Si les parece, detengámonos unos instantes en algunas de esas
ventajas y dediquemos un poco más de espacio a los posibles inconvenientes, de
los que se suele hablar menos. Para lo cual enmarcaremos esa previsión en una
práctica usual de esta especialidad periodística: el día de…, del
asma, del paciente, del cáncer, de los enfermeros, etc, del sida (1 de
diciembre).
El día de… es un recordatorio,
cuya finalidad no es otra que la de recordar o dar a conocer a la sociedad
algún tipo de mal o dolencia, pongamos por caso. Y esa finalidad tiene en los
medios un instrumento primordial.
El día de… permite, por un lado, que el
medio de comunicación se convierta en cierta medida en agente de salud y, por
otro, que ese mismo medio planifique las informaciones, reservando un espacio y
dando tempo para elaborar piezas periodísticas más complejas, que en el caso
del periodismo sobre salud tienen, a mi parecer, dos vertientes: la
profundización científica y la humanización de las informaciones, o sea, darle
voz a los protagonistas y a sus allegados.
Claro está que el día de… también es
aprovechado por administraciones, sociedades científicas, grupos de
investigación, asociaciones de pacientes o revistas científicas para que,
pongamos por caso, nos ofrezcan datos epidemiológicos, se reivindiquen políticas
públicas de salud o de cuenta de un último tratamiento o de una investigación
biomédica prometedora.
De esta manera, los medios de comunicación podrán
desarrollar piezas informativas (hacerse eco de) junto a otras más
interpretativas (profundizar en). Las segundas, planificadas con bastante
anterioridad por el propio medio, las primeras, respondiendo a la actualidad
–relativa, como hemos visto- informativa.
Infoxicación
Pero aquí empiezan a surgir ciertas disfunciones,
porque generalmente el medio va a tener que seleccionar entre las informaciones
que provienen de fuentes externas, y estas que lo saben van a desarrollar
estrategias para que su información sea escogida y no otra; en definitiva, se
da una disputa por ganar la atención del medio. A la vez, el medio que sabe de
ello, puede decidir que para qué dedicar tiempo a elaborar piezas más complejas
(ahorro también económico), pero muy necesarias, si el espacio reservado ya se
lo van a cubrir las notas o ruedas de prensa de entidades u organizaciones.
Pero cabe recordar cuál es el objetivo último de
esas informaciones: dar cuenta al destinatario, informarle, explicarle. ¿Por
qué decimos esto?, porque no debemos olvidarnos jamás de esa pieza fundamental,
el destinatario, y que este recibe informaciones de numerosos medios de
comunicación, que, a su vez, compiten entre ellos para ganar su atención, todos
ellos hablando del día de… Y así, ese loable recordatorio puede
convertirse en ruido, dado que se puede llegar a cierta infoxicación (ahora aún
mayor merced a la viralidad que propician las redes).
Para desarrollar esta idea, si se me permite, les
pondré algunos ejemplos que se desprenden sobre mis estudios sobre el
tratamiento que hacen los medios del VIH/sida.
El Día Mundial del VIH
Tras seis años de investigación vimos que en
España, en torno al día 1, aumentaba ostensiblemente las informaciones
relacionadas con el VIH/sida. Cojamos como ejemplo 2010: un 20,14% del total de
informaciones de un año de concentraban en la semana del 1 de diciembre, pero
es que la semana anterior y la posterior a esa semana también concentraban más
información que el resto de las semanas del año.
Este mismo fenómeno lo pudimos comprobar en República Dominicana (entre
el 26/11/2012 y el 02/12/2012 55 informaciones sobre un total de 181) o
en México (97 sobre 768, en 2012). Hablamos, por tanto, y como escribíamos al
inicio, de una ley universal
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