"Nosotros
estamos dispuestos a proceder con los aranceles, estamos trabajando en eso.
Como dijo el presidente Trump, nosotros no tememos una guerra comercial, pero
no es nuestro objetivo", declaró
Mnuchin en una entrevista a la cadena Fox News después de que
Donald Trump firmara un memorándum dirigido contra la supuesta agresión
económica de China.
El documento prevé introducir aranceles del 25% a las
importaciones —valoradas en 60.000 millones de dólares— de más de 100
tipos de bienes procedentes de China.
Wang Wen, decano ejecutivo del
Instituto Chongyang de Estudios Financieros, afirmó que Washington no teme en
vano. Según Wen, Pekín tiene varios ases bajo la manga que podría usar en
respuesta.
"China
está esperando, ya que sabemos perfectamente que la ventaja sobre el enemigo se
obtiene después de que este golpee primero", aseveró Wang Wen, citado
por el periódico ruso RBK.
La decisión de Trump de introducir
tarifas arancelarias es una declaración de guerra comercial a China, sostuvo
Wei Jianguo, ex vice ministro de Comercio de China.
"Trump
tiene que entender que es una idea muy mala y [en esta guerra] no habrá
ganadores, así como no habrá buenos resultados para las dos naciones",
declaró Wei Jianguo, citado
por Bloomberg.
En los próximos días la Casa Blanca
publicará la lista final con los bienes que serán afectados por la nueva medida
de Trump. Según la información publicada,
esta lista incluirá productos de los sectores que fueron calificados de
estratégicos en el plan del desarrollo de China 'Made in China 2025'
(Producido en China 2025), como la industria aeroespacial, las tecnologías de
información y la maquinaria.
¿Cómo puede responder el 'dragón'
asiático?
El Ministerio de Comercio de China
anunció que introduciría aranceles a las importaciones de EEUU valoradas en
3.000 millones de dólares como primera contramedida. Tarifas arancelarias del
25% se impondrán a los suministros de carne de cerdo y aluminio reciclado
(valoradas en 2.000 millones de dólares) y las importaciones de tuberías de
acero, las frutas, las frutas secas, las nueces, los vinos y el alcohol
desnaturalizado (estimadas en 977 millones de dólares) se gravarán con el
15%, reza el comunicado publicado
por el ente.
Además, Pekín decidió llevar el problema ante la Organización Mundial de
Comercio (OMC). En particular, para responder a la introducción de tarifas a
las importaciones de aluminio y acero, China introdujo una demanda contra EEUU.
De acuerdo con las reglas de la OMC, el país asiático podrá introducir
aranceles a las importaciones estadounidenses a partir del 1 de abril, fecha en
la que culminan las consultas con EEUU.
"Es sorprendente, pero la
respuesta de China ha sido discreta lo que apunta a la posibilidad de que
posteriormente Pekín aplique medidas más duras. China, como el tercer
exportador más grande del mundo, la economía que crece más rápido y el
principal poseedor de bonos del Tesoro de EEUU tiene más palancas de influencia
sobre el país norteamericano de lo que los políticos en Washington son capaces
de reconocer", aseguró a Bloomberg Stephen
Roach, presidente no ejecutivo del banco Morgan Stanley en Asia.
De acuerdo con Bloomberg, los
aranceles chinos pueden implementarse a los bienes producidos por seis sectores
que integran la economía de EEUU: la agricultura, las empresas tecnológicas,
los artículos de consumo, la construcción aérea, los servicios y la educación.
Anualmente, China importa de EEUU bienes y servicios por un valor de 140.000
millones de dólares.
En el sector agropecuario norteamericano, Pekín podría gravar con
aranceles los suministros de granos de soja, sorgo, alfalfa y cerdos vivos. Por
ejemplo, en 2017 China importó de EEUU soja por un valor de 14.600 millones de
dólares.
Además, China puede utilizar la
estrategia que la UE quería aplicar contra EEUU, cuando se supo que Washington
quería introducir nuevos aranceles a las importaciones de acero y aluminio,
escribe el periódico ruso RBK. En aquel entonces, Jean-Claude Juncker,
presidente de la Comisión Europea, declaró que el bloque europeo podría imponer
tarifas a las importaciones de las motocicletas Harley Davidson, de los
pantalones Levi's y del whiskey borbón.
Según el medio ruso, las
restricciones de China podrán ser aplicadas al sector de servicios. En 2017,
EEUU registró un superávit en el comercio de servicios con China, valorado en
38.500 millones de dólares. Los mayores ingresos fueron obtenidos gracias a los
viajes de los chinos en el país norteamericano que gastaron allí 32.000
millones de dólares. Con todo eso, según el medio ruso, China podrá limitar el
número de estudiantes chinos que estudian en las universidades estadounidenses.
China también puede privar a las
empresas estadounidenses del acceso a su mercado de contrataciones públicas
valorado en 3.100 millones de yuanes (más de 490.000 millones de dólares). Esta
medida afectará a empresas como Boeing y Cisco. Además, Pekín podría poner
obstáculos para la entrada de las empresas estadounidenses en China a través de
medidas que involucren a las aduanas, el control de calidad, los servicios
antimonopolios y la protección del medio ambiente.
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