Día
aciago en la historia de Japón
Japón
sobrevivió el 11 de marzo de 2011 a uno de los peores días en su historia. El
país asiático se colocó al borde de una catástrofe nuclear. Un potente
terremoto de magnitud 9 sacudió la región de Tohoku.
Su
fuerza fue tan tremenda que generó un potente tsunami en el océano que
posteriormente azotó las costas nororientales del país. Las cosas empeoraron
aún más cuando las olas dañaron la central nuclear de Fukushima, provocando
fugas de material radioactivo.
De acuerdo con el informe, publicado
por el Comité Científico en los Efectos de Radiación Atómica de la ONU, la fuga
radioactiva en Fukushima se convirtió en el accidente nuclear más grande
registrado desde 1986, año en que ocurrió la avería en la central nuclear de
Chernóbil.
Impacto sobre la economía de Japón
Para el 11 de marzo de 2011, la economía de Japón ya estaba haciendo
equilibrios al borde de una recesión. Este estado era el habitual para la economía japonesa desde
finales del siglo XX.
Así, el volumen real de producción en Japón —indicador muy
importante para el desarrollo de cualquier país—
creció tan solo el 0,6% al año entre 1997 y 2012, explica el informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos
(OCDE).
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