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lunes, 19 de febrero de 2018

Ecuador. Movilización en respaldo de Jorge Glas complica al gobierno de Moreno

                    Patricio Mery Bell. La siguiente columna se refiere al apoyo ciudadano que se le ha brindado al Vicepresidente ecuatoriano Jorge Glas, tras su injusto, ilegal y arbitrario encarcelamiento.
En una manifestación pública congregada en las afueras de la cárcel 4 de Quito, gran cantidad de personas exigía la liberación de Jorge Glas Espinel, Vicepresidente elegido democráticamente por el pueblo ecuatoriano, actualmente inhabilitado por un montaje judicial propiciado desde el palacio de gobierno,  una forma de golpe de Estado blando para bajar a una autoridad legítima. No hubo juicio político en el parlamento.
Esta situación contrasta con la absolución de “Capaya”, Carlos Pareja Yannuzzelli, respecto del cual la Fiscalía General se abstuvo de acusarlo por el delito de peculado. El informe absolutorio fue elaborado por la fiscal Elba Garzón, en el caso que compromete recursos del Estado en un contrato con la firma Jorge Vivar en la Refinería de Esmeraldas.

Este trato preferencial a “Capaya” ha sido cuestionado por el Contralor General Pablo Celi, que ha solicitado su impugnación según sus propias declaraciones:
“En la ejecución del contrato la empresa incumplió el cronograma, generando un incremento también en perjuicio al Estado de $ 1,8 millones. Estamos hablando de una lesión de unos $ 6 millones que pretende ser desconocida por el dictamen abstentivo. Resulta, por lo tanto, altamente lesivo a los intereses del Estado, evidentemente, lesivo al trabajo y la acción de la Contraloría General del Estado”.
A la situación discriminatoria que sufre Jorge Glas, se une un posible traslado a otro recinto penal lo que podría poner en riesgo su integridad personal.
Desde su lugar de encierro, el Vicepresidente podía escuchar el apoyo de sus seguidores, además de la voz de su señora y amigos. Mientras tanto, su madre, desde Guayaquil, encabezaba otro grupo que se sumó a la manifestación que se realizaba  en Quito.
En Ecuador, la figura de Jorge Glas está creciendo en la medida que se ha tomado conciencia de su condición de preso político, víctima de una traición. En consecuencia, su liderazgo va en aumento, más allá de la conspiración mediática, judicial y política que busca enterrar su imagen.
Cada día de cárcel se ha transformado en una presión ascendente en contra del gobierno ya que la población logra visualizar, con la impunidad de “Capaya”, que la lucha contra la corrupción solo es una falsa excusa que  sirve únicamente para perseguir a inocentes, como Glas. Las comparaciones terminarán socavando la frágil y prestada base política de Lenín Moreno y el tiempo avanza inexorablemente en contra del actual ocupante de Carondelet.

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