Hay múltiples elementos que
coadyuvarían a armar un inminente tinglado intervencionista a partir de la toma
de decisión del gobierno estadounidense de apurar la caída del gobierno de
Nicolás Maduro. Primero, hace unos meses el vocero fue el vicepresidente Mike
Pence quien recorrió el continente visitando presidentes “amigos” para
ordenarles apretar las tuercas del bloque económico. No le fue como esperaba
pero dejó la semilla que hace pocos días, intentó volver a sembrar el canciller
Rex Tillerson.
Esta vez la propuesta de
aumentar la beligerancia contra el “dictador” Maduro fue ampliamente comprada
por dos puntales del equipo neoliberal más agresivo. Tanto Macri- principal
titere orgulloso del imperio , como el perrito faldero Santos- quien sigue sin
hacer nada ante el asesinato de más de 250 líderes y lideresas sociales desde
la firma del acuerdo con las FARC en 2016 , se subieron al portaaviones made in
USA y prometieron ser de los primeros en la embestida que Washington resuelva.
A esto hay que sumarle un
acumulado de gestos indicativos del peligro en ciernes. A saber: las
declaraciones del subsecretario de Estado para Latinoamérica y el Caribe,
Francisco Palmieri, ofreciendo ayuda a Colombia y Brasil debido “a la
gigantesca y continua migración venezolana hacia ambos territorios”. Palmieri
utiliza allí, el sesgo intervencionista “humanitario”, el mismo en que viene
insistiendo el cadete de la CIA, Luis Almagro o su cómplice peruano Kuzinsky,
uno de los impulsores de esa mafia presidencial autodenominada Grupo de Lima.
En esa misma sintonía Macri dio luz verde para que los estudiantes venezolanos
“que vengan a Argentina huyendo del caos dictatorial no sufran más sinsabores”,
y por lo tanto, a diferencia de quienes provienen de otros países, se les
legalizará de inmediato su situación educativa. La maniobra, como se ve, es
demostrar que “la dictadura venezolana” no da para más. Algo muy similar a lo
que durante años Estados Unidos intentó con Cuba y hace muy poco con Siria. Que
se resume en la frase: “hago la vida imposible, obligo a tu gente a emigrar,
los recibo con los brazos abiertos y luego te invado humanitariamente”. Para
completar, militarmente también hay datos inquietantes: la presencia del
Comandante del Comando Sur en Colombia, el movimiento de tropas en la frontera
amazónica de Brasil y Colombia, otra vez con la excusa migratoria venezolana.
El punto central de confluencia de estos aprestos es la base móvil brasileña de
Tabatinga, que fuera inaugurada en noviembre pasado con los ejercicios
militares conjuntos de EE.UU, Brasil, Colombia y Perú, en que se practicaron
simulacros de invasión “a un país bajo dominio comunista”. Como en las viejas
épocas.
En lo que hace al plano
interno, una oposición sin ningún tipo de autonomía cumplió con la orden de los
emisarios de Trump de retirarse de la mesa de negociaciones de Dominicana, y
apoyan sin vergüenza el aumento de la escalada de bloqueo y guerra económica
impuesta por Washington. Sabiendo que desde el punto de vista electoral tienen
la batalla perdida, los jefes de la MUD se inclinan, por un lado a actuar como
lacayos del imperio, y por el otro a dejar abierta la puerta de nuevos intentos
de ataques terroristas. Una modalidad que la derecha pro-norteamericana está
empezando a ensayar también en Bolivia.
Frente a la gravedad de la
situación, se impone que el pueblo venezolano se prepare para repetir la proeza
victoriosa del pasado 31 de julio. Sin una sola duda, todos y todas convencidas
de que en abril llega la segunda parte de la madre de todas las batallas, y que
a diferencia de la encarada por Estados Unidos para masacrar al pueblo iraquí
en 1991, esta será para ratificar una vez más que la Revolución es necesaria no
solo para asegurar la paz en Venezuela sino para atizar el fuego de la rebeldía
continental y mundial. No, esta no será una elección más de todas las que el
chavismo ha ganado, sino que respaldando unitariamente a Maduro se puede
propinar una soberana patada en el trasero a quienes están intentando que
nuestros pueblos, todos ellos, regresen a la Edad Media.
Desde ALBA Movimientos
expresamos la necesidad de rodear a Venezuela Bolivariana de la más total
solidaridad, y convocamos a todas las organizaciones que hacen parte de esta
articulación a estar en alerta permanente y agitar en cada uno de nuestros
países la consigna de apoyar la realización de los comicios de abril próximo,
como única garantía de lograr una paz duradera.
Proclamamos nuestro apoyo a
la Asamblea Nacional Constituyente, a las elecciones próximas del 22 de abril y
reelección del presidente Nicolás Maduro líder, obrero, chavista y leal a
los pueblos del mundo. Rechazamos los ataques que descargan sobre su figura y
el proceso revolucionario los gobiernos cipayos del continente.
Condenamos el accionar de
la Organización de Estados Americanos por su accionar, abiertamente en favor de
los intereses imperialistas, antidemocráticos y belicistas como también
denunciamos al llamado “Grupo de Lima” que no es más que un club de póker de
los más corruptos y recalcitrantes personajes del continente, preocupados en
utilizar a Venezuela como señuelo internacional para tapar los problemas y las
injusticias de sus propios gobiernos. *¡NO A LA INTERVENCIÓN IMPERIALISTA!
CHÁVEZ VIVE, ¡VENEZUELA BOLIVARIANA VENCERÁ!
ALBA MOVIMIENTOS
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