Al cierre de esta edición, en la ciudad de Buenos Aires y su conurbano, en Córdoba, Rosario y otros puntos del país, multitudes salen las calles espontáneamente en protesta contra las leyes de ajuste y la represión. Mientras en el Congreso, sitiado por vallas y cordones policiales, continúa el debate sobre la Ley de Reforma Previsional, afuera cientos de miles de personas ocupan la zona haciendo sonar cacerolas, silbatos, palmas y cánticos contra las medidas del gobierno macrista. También hay concentraciones en Plaza de Mayo y frente a la Quinta Presidencial de Olivos.
Se escucha
“Olelé olalá/ si este no es el pueblo/ el pueblo donde está”, “unidad/ de los
trabajadores/ y al que no le gusta/ se jode, se jode”, “como a los nazis/ les
va a pasar/ adonde vayan los iremos a buscar”, “qué boludos/ qué boludos/ la
reforma/ se la meten en el culo”, “el pueblo/ unido/ jamás será vencido”, y
también, como un dejá vu del 2001, a pocas horas de cumplirse 16 años de esa
gesta popular que echó al gobierno de De La Rúa, se oye “Que se vayan todos/
que no quede/ ni uno solo”.
Los
cacerolazos comenzaron alrededor de las 21 horas, tras una jornada de lucha que
comenzó con una concentración en plaza Congreso a las 12 del mediodía. Fueron
intensas horas en las que las columnas de partidos y organizaciones políticas,
movimientos sociales, sindicatos, estudiantes y jubilados resistieron a los
constantes ataques de las fuerzas represivas, que dejaron un saldo de más de 50
detenidos y decenas de heridos, varios de ellos de gravedad.
Sin duda estos hechos quedarán
también grabados en la historia argentina, aunque aún no es posible saber el
desenlace, queda claro que el pueblo tomó las calles para decir BASTA DE AJUSTE
Y REPRESIÓN.
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